Texto 1. Schopenhauer, deseo y carencia.

“Sentimos el deseo, al igual que el hambre y la sed, pero en cuanto lo hemos colmado pasa con él lo mismo que con el bocado saboreado, el cual cesa de existir para nuestro sentimiento en el instante en que es tragado.

Todo querer surge de la necesidad, o sea, de la carencia y, por lo tanto, de un sufrimiento. La satisfacción pone fin a este; pero por cada deseo que se cumple, quedan por lo menos diez sin satisfacer; además los apetitos duran mucho y las exigencias tienden al infinito, mientras que la satisfacción es breve y dosifica con escasez.

Pero incluso la satisfacción perecedera es aparente; el deseo colmado cede sin demora su puesto a uno nuevo: aquél es un engaño conocido y éste uno todavía sin conocer. Ningún objeto del querer puede, una vez conseguido, procurar una satisfacción duradera y que no se retire jamás, sino que siempre se asemeja tan sólo a la limosna echada al mendigo y que sustenta hoy su vida, para prolongar mañana el tormento.

Por eso mientras nuestra conciencia se vea colmada por nuestra voluntad, mientras estemos entregados al apremio de los deseos, con su continuo esperar y temer, mientras seamos el sujeto del querer, no habrá para nosotros dicha o calma duradera. Si perseguimos o huimos tenemos la desgracia o anhelamos el goce, es igual en lo esencial: la preocupación por las continuas exigencias de la voluntad, cualquiera que sea su forma, colma y gira sin cesar la conciencia, sin reposo ni bienestar posible. Así el sujeto del querer está girando continuamente sobre la rueda de Ixión, acarrea siempre agua al cedazo de la Danaides y se consume eternamente como Tántalo”.

Schopenhauer, A., .El mundo como voluntad y representación, Akal, 2005.

¿Cómo se origina ese deseo?

 Nuestra voluntad, deseo o pulsión no es más que una proyección insignificante de esa Voluntad con mayúscula, de la cual la representación es mero fenómeno o apariencia. Esa voluntad con mayúsculas es un poder metafísico que gobierna el universo, una fuerza omnipresente que Schopenhauer llama voluntad de vivir.

¿Cómo lo podemos superar?

Dos son las obligaciones del hombre, a saber: la práctica de la compasión para con sus semejantes y liberarse del yugo de la voluntad, del deseo. A tal fin, su sistema propone dos alternativas: la del arte, dado que el placer de su ejercicio sustrae al dolor del deseo y la contemplación estética aparta al hombre de la cadena infinita de las necesidades y de los deseos, con una satisfacción inmóvil y completa. La segunda alternativa es la santidad, una vida ascética, a cuyos efectos el autor recurre al ejemplo de los hinduistas, budistas y místicos cristianos, quienes, en virtud de su reconocimiento cabal de la cosa en sí, se ven liberados de sus motivos.

 Texto 2. Gilles Deleuze y el deseo,  por Maite Larrauri.

El deseo según todos lo entendemos es   carencia, falta de algo. Desear es algo fácil. Deseamos constantemente. Lo difícil es conseguir eso que deseamos.

En la historia del pensamiento los moralistas explican que hay deseos malos y otros buenos, y que atenuar lo que deseamos sería una forma de ser más felices.

Pero Deleuze desmonta esta concepción diciendo que DESEAR es CREAR, que no es una carencia. Además añade que  Desear es muy difícil, y  que de hecho lo fácil es conseguir lo que deseamos.

Esto lo explica en tres pasos:

Paso 1

Deleuze afirma que no deseamos objetos, que lo que deseamos es el mundo que hay dentro de ese objeto. Con la publicidad esto se entiende muy bien. La publicidad vende mundos… Un coche que va por un paisaje, conducido por gente guapísima y con una música preciosa…

Cuando me compro el coche me compro un mundo… “impuesto”. Una fantasía.  El publicista sabe muy bien cómo vender y por eso crea un mundo para que yo al comprar el coche crea que me llevo todo…, incluso los árboles por donde pasaba el coche.

¿Esto tiene solución? Sí, se podría dejar de ver anuncios… para no desear mundos creados por otros (los publicistas) Sería una solución pero… hay otro problema… y pasamos al paso 2.

Paso 2

El problema es que lo que deseamos, los mundos, las fantasías que deseamos no las creamos  nosotros, nos las han creado desde que nacemos, han sido impuestos acordes a una identidad (yo soy/lenguaje del ser): mujer, hombre, profesor, ama de casa,  andaluz…

Por eso desear  es tan difícil, porque debemos romper con los supuestos que mi identidad (en mi caso mujer de 50 años) lleva implícitos, los estereotipos.

Por eso Desear es crear y no una carencia. Desear auténticamente supone ser uno mismo de verdad, conocerse, y no lo que la sociedad espera de mi.

Paso 3

Deleuze propone, para terminar, que todos somos ÚNICOS Y SINGULARES, que debemos atrevernos a salir de los estereotipos identitarios para poder crear nuestros propios  deseos, acordes a nuestra singularidad. Propone vivir muchas experiencias, arriesgarnos, investigar, movernos y equivocarnos… lo que haga falta.

“Haced rizoma, no raíz”. Frase de Delueze.

Un rizoma es un término científico que se aplica  a la naturaleza… Es un tipo de forma de vida que se desarrolla en horizontal, como por ejemplo  la hierba.

La raíz del árbol va de  abajo hacia arriba, el árbol es fijo e inmóvil, tiene principio y final, base y ramas. Es identitario.

El rizoma es lo contrario, no tiene ni principio ni fin pues si coges un trocito de  hierba de cualquier parte y lo trasplantas esta invade, conecta y se extiende rápidamente… Es una imagen de movilidad ausente de jerarquía, sin principio ni final.

Vivid como el rizoma, dice Deleuze…

Es un imperativo material….  Si deseas tener una vida segura, entonces vive como un árbol: jerarquía, inmovilidad, control…, identidad, estereotipos identitarios.

Si deseas una vida más abierta, con más conexiones, más arriesgada pero más divertida…, con más experiencias, ten una vida rizomática… Se creativo y arriésgate a no hacer lo que se espera de ti. Crea tus propios deseos.

Texto 3. Nietzsche y la envidia, por Marta Larrauri.

Según Nietzsche necesitamos (deseamos) la aprobación del grupo y deseamos sentirnos reafirmados  constantemente por los demás.  Estas son dos características humanas. Por eso él propone una teoría para superarnos: la teoría de lo superhumano, o de las acciones superhumanas.

Leemos la explicación de Maite Larrauri.

Lo superhumano (coloquialmente el superhombre), es  lo que supera a lo humano.

Según este pensador  somos animal de rebaño y  personas resentidas. Esto  es lo más humano de la humanidad… Habría que aprender a  vivir sin la aprobación de los demás, sin el  reconocimiento de los demás…

Y por otra parte, también deberíamos aprender a  vivir sin envidiar, sin sentirnos  resentidos   contra los demás, sin caer en el mecanismo de desaprobar a los demás para sentirnos superiores…

Si superamos estos dos elementos somos “superhumanos”. Los nazis eran de moral de rebaño y resentidos porque señalaron a los judíos como inferiores. Es un ejemplo claro de esto que nos explica Nitzsche.

Nelson Mandela, Gandhi… realizaron  acciones superhumanas. Se  alejaron del rebaño, y actuaron creativamente y compasivamente; no se han apoyado en el resentimiento. Se han afirmado siendo ellos mismos, sin desear lo mismo que los demás, superando el sentimiento de rebaño y resentimiento.

Realizaron  actos de superhumanidad que la misma humanidad necesita, pues de esta manera nos movemos por razones que no son la envidia, el resentimiento, o el deseo de aprobación.

Texto 4. Ortega Y Gasset y desear una vida mejor,  por Marta Larrauri.

A veces escuchamos que las personas dicen que  desean vivir una vida diferente… porque no les gusta sus vidas…, lo que hace…,  y se expresan de la siguiente forma.

“Yo soy yo y mis circunstancias”.

Pero lo que Ortega y Gasset pretendía era explicar que mi vida se compone de mí y de mi medio. No puedo separarlo. Somos un todo. Mis circunstancias me influyen, pero yo también puedo influir en mis circunstancias…

¿Cómo? Mediante las palabras.

Ortega y Gasset, según Marta Larrauri, nos invita a significar nuestras circunstancias, ponerles palabras para así poder salvarnos de ellas, de las circunstancias. Para elevar mi vida. Ese es el poder que otorgan las palabras. Así es como podemos transformar nuestras vidas, y consecuentemente intervenir en nuestras circunstancias.

Ortega y Gasset solía recurrir a un ejemplo de una anécdota que tenía como protagonista a  Heráclito para explicar esta frase.

Anécdota: un día estaba en la cocina Heráclito, de pronto  llegaron unos alumnos y  pillaron cocinando a  su sabio maestro…, estos se quedaron inmovilizados, no sabían si marcharse…,  pero Heráclito dijo, “entrad que aquí en la cocina están también los dioses…”

A Ortega y Gasset le gusta este ejemplo porque las circunstancias y su significado las decides tú… gracias a las palabras.

Ortega y Gasset opinaba que  si yo no salvo mis circunstancias me hundiré con ellas…

Si yo las salvo, ellas me salvarán,   me salvo a mi mismo…

Autores

Maite Larrauri (Valencia, 1950) ha sido profesora de filosofía en centros públicos de enseñanza media durante 36 años. En la actualidad está jubilada y se dedica a la divulgación filosófica. Es coautora de la colección de libros Filosofía para profanos.

Gilles Deleuze es un filósofo francés del siglo XX. Un referente de la filosofía contemporánea porque piensa que   la filosofía debe mover ideas, y porque cree que la filosofía no es para gente entendida.

Ortega y Gasset como pensador descubre   la vida como realidad radical, de ahí su concepto de “razón vital”. Para él no hay prioridad del individuo sobre la realidad, sino una interrelación del hombre con la realidad, esto quiere decir que no existe un “yo” separado del mundo real, la prioridad es la vida. En definitiva, ni las cosas solas ni el “yo” solo, sino el quehacer del “yo” con las cosa, o sea la vida.

Nietzsche filósofo del siglo XIX, pensador vitalista por autonomasia. Recibió amplio reconocimiento durante la segunda mitad del siglo XX como una de las grandes  figuras de la filosofía contemporánea.

Schopenhauer  es uno de los pensadores más brillantes del siglo XIX. Su filosofía, concebida esencialmente como un «pensar hasta el final» la filosofía de Kant, es deudora de Platón y Spinoza, sirviendo además como puente con la filosofía oriental, en especial con el budismo, el taoísmo y el vedanta.

Heráclito:  fue un pensador y filósofo presocrático considerado el “Padre de la dialéctica”. Nació en la ciudad de Éfeso, en torno a 540 aC, en la antigua colonia griega, la región de Jonia en Asia Menor, actual Turquía.

 

Bibliografía

-Larrauri, Marta, El Deseo según Deleuze, Libros de Fronterad, 2016.

-Schopenhauer, A., El mundo como voluntad y representación, Akal, 2005.

http://www.rtve.es/alacarta/videos/para-todos-la-2/para-todos-2-entrevista-maite-larrauri/2631119/

-https://www.youtube.com/watch?v=tnVFWw_8pS4

 

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