El día 17 de marzo nos reunimos en el Museo Precolombino “Felipe Orlando”  para  convivir, crear, cocinar y jugar a pensar; la experiencia  consistía en realizar un Hornazo, y además, después, sentarnos a dialogar sobre lo que más nos había asombrado, plantear preguntas, estimular el pensamiento y  aprender unos de otros.

La gastronomía tradicional y el proyecto educativo Filosofía para Niños se dieron la mano en un taller colaborativo (Marta Díaz Camacho y María José Coronado Luque) para que las familias de Benalmádena recordaran un producto típico, sano y creativo como los Hornazos.

Los niños y niñas se encontraron acompañados de sus papis y mamis delante de una masa de pan, pinceles,  de tintes vegetales y material para manipular…

Memoria

En primer lugar, todos con delantales nos sentamos para dar los buenos días, las gracias, y presentar la actividad.

Inmediatamente nos fuimos a lavar las manos pero con la mirada de los filósofos: con un toque de investigador y con una predisposición al asombro… Ese era el único requisito antes de realizar la inmersión gastronómica, sensorial, reflexiva y creativa.

Inmediatamente  las formas y los colores se expandieron desde el “obrador improvisado” en la sala del museo por todos los rincones del mismo…. En un estado de atención plena las figuras brotaban en cascada: cerditos, flores, perros, hornazos tradicionales, unicornios, tortugas…

Cuando  terminamos nos volvimos a lavar las manos para sentarnos en círculo y reflexionar sobre lo vivido, nos paramos a pensar para transformar en palabras el instante….  Construir conocimiento en grupo es muy interesante porque se aprende sin que nos demos cuenta…

Las preguntas que los “filoreposteros y las filoreposteras” plantearon  fueron:

Julia: ¿cómo es posible que surjan formas?

Marta: ¿cómo es posible que la verdura pinte?

Rocío: ¿por qué se disfruta amasando la masa?

Aday: ¿cómo se pueden hacer tantas figuras con masa de pan?

Valoración analógica:

Se preguntó cómo se habían sentido durante el taller, y para ello se presentaron tres piezas del museo. Previamente se había entregado una breve explicación sobre las mismas.

Una de las valoraciones más recurrentes compartida por los niños y niñas fue decir que se habían sentido bien porque habían hecho el hornazo con su madre  o su padre….

Gracias a Marina por presentar la actividad, a Victoria por organizarla, a Mercedes e Isabel por ayudar, y muy especialmente a la panadería San Antonio por hornear los hornazos que por la tarde recogieron para merendar.

 

 

 

 

 

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