Memoria de «La Tolerancia» Biblioteca Pablo R. Picasso.

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 Biblioteca Pública Pablo Ruiz Picasso

Torremolinos

21 de febrero del 2018

Memoria

Todos “pensamos” y esto nos iguala, pero “pensar mejor o pensar bien”, como decía el lúcido filósofo y educador M. Lipman, es posible aprenderse gracias al entrenamiento del pensamiento en el marco de una metodología dialógica sosegada y crítica.

Hace unos días se comentaba en las redes que “compartir un pensamiento es educar”, y también se recordaba la célebre frase de Dewey: “Educar no es formar para la vida, educar es VIDA”.

Este 21 de febrero se compartieron conocimientos y experiencias personales, y se vivió un proceso de indagación e investigación empujados por el viento del diálogo, una vez más, para esclarecer qué era La Tolerancia. Así pues se puede decir que experimentamos la VIDA pensando (nos educamos).

Se observó nuevamente y durante dos horas que el “cuidado”  por hacer visibles las voces de todos  los compañeros y compañeras durante el diálogo,  revelaba no solo capacidad de compartir, sino también deseos de poner “poder” en la voz de cada uno de los presentes.

Se agradece este esfuerzo de autogestión por parte del grupo, este pensar en el proceso de cómo se está pensando (tiempo de cada intervención), este pensar para que los demás piensen (atención a la solicitud de turnos).

Se agradece también la organización de la actividad a Marta, Carmen y Noemí desde la biblioteca, se saluda a todos y todas los que no pudisteis asistir pues os echamos de menos, y se da las gracias a Carmen por enmarcar la obra que regaló el día del Café Filosófico dedicado a  “El Sufrimiento” Javier.

Pensamientos, inquietudes, cuestiones:

Se abrió el diálogo filosófico tratando de acordar una definición de la palabra “tolerar”, y para ello se dijo que era: “acordar poder estar en desacuerdo”.

Se  entregó también la siguiente frase de Voltaire:

“No estoy de acuerdo con lo que dices pero lo defenderé hasta la muerte”.

Y la que el grupo tejió durante la tarde fue:

Tolerar consiste en aceptar y valorar  la diversidad de ideas de los demás para convivir, porque todos somos igual de válidos, y porque una sociedad es considerada saludable  cuando en ella coexiste una multiplicidad de  pequeñas verdades personales.

En esta línea de pensamiento apareció la pregunta: ¿todo lo que se opina debe ser tolerado? Se consideró que  la fidelidad a los argumentarios  ideológicos que históricamente  han culminado en regímenes políticos totalitaristas son muy peligrosos…, y por eso debemos analizar pausadamente lo que leemos o escuchamos.

Se preguntó: ¿son las palabras más peligrosas que las acciones?

Sobre la “libertad de expresión” se dijo que es un derecho en las sociedades democráticas, y de entrada todos estamos de acuerdo en salvaguardar este derecho, aunque se apuntó que las palabras pueden ser muy peligrosas pues antes de un acto lo que sucede es la palabra.

Kimi preguntó reiteradamente que ¿qué podemos hacer con las personas intolerantes? ¿Cómo actuar?

Se respondió más bien a: ¿qué lleva a alguien a ser intolerante con los demás?, aclarándose que son personas ignorantes, entendiendo con esto que no han tenido la oportunidad de aprender a pensar por ellos mismos, y que actúan según unas convicciones que han sido asimiladas sin un análisis y crítica, provenientes de una religión, de una ideología o de la tradición.

Antonio también entregó otra pregunta: ¿la tolerancia es innata o se aprende?

Silvia explicó que en sus clases de inglés ella está poniendo en práctica un “diálogo respetuoso” focalizado en aprender unos de otros, no en convencer, no en competir, o alardear sobre lo  que uno sabe, y que se ha inspirado en el proyecto Filosofía para Niños. Añadió que no entendía por qué desde pequeños no nos enseñan a dialogar para compartir conocimientos, para aprender unos de otros,  porque dialogar de esta forma es más que tolerar, es  valorar y valorarnos.

Al principio habían sido entregadas al intentar definir La Tolerancia palabras como renuncia o ceder, pero según se avanzaba  con el tema se iba reconociendo que la diversidad de pensamientos enriquece la sociedad. José María nos recordó que una ciudadanía tolerante es premisa fundamental para una convivencia en paz.

Se leyó un texto sobre Sócrates para poner luz en lo necesario de valorar como positivo una realidad creada por infinitas verdades, para disfrutar de una realidad compleja como la de la sociedad democrática

Se presentó un texto de Nietzsche para fundamentar que el ser humano por naturaleza desea sentirse valorado, tener significancia para autoafirmarse y pertenecer a un grupo, pero que esta moral de borrego e imperiosa necesidad de reconocimiento por los demás conduce en muchos casos a la descalificación de los otros, a no tolerar a un grupo o colectivo, o persona.

Se habló de la idea de realizar acciones superhumanas (Nietzsche), como las de Mandela, para superar graves conflictos, no solo tolerar, además comprender y  perdonar… para poder  convivir en  paz.

¿Se aprende a tolerar?

Se dijo que si partimos de  la hipótesis de que las  personas no cambian, de que las personas no pueden ser educadas,  no se puede construir tolerancia, y la convivencia y la humanidad corren grave peligro…

Nos adentramos muy superficialmente  en el tema del bien y del mal, las patologías,  la pena de muerte y la cadena perpetua. Se mencionó el libro Eichmann en Jerusalén de Hannah Arendt. Se toma nota por el interés suscitado para un próximo Filocafé en el futuro ¿Existe el mal?

En la ronda de valoraciones finales se entregaron  conceptos íntimamente relacionados con el tema en cuestión:

Conciencia, paciencia e imprescindible práctica diaria.

Todos reconocimos que somos intolerantes en algún aspecto, que en el día a día nos descubrimos pensando o actuando de forma intolerante… en ocasiones.

 

Perspectivas

Se propuso la importancia de llevar a la práctica las reflexiones que se estaban compartiendo, es decir: ser más tolerantes; que filosofar sin actuar coherentemente con nuestras convicciones era un despropósito.

Se planteó el siguiente dilema: si matasen animales  en el bosque que hay alrededor de mi casa, ¿cómo actuar ante la falta de respeto a la vida?

Es decir, si yo no tolero que maten animales en un bosque por considerar este acto indignante, ¿qué se debe hacer según la filosofía?

Para esta pregunta existe una frase de Foucault que quizá ponga algo de luz…

“Lo que la historia ha construido puede ser destruido por la política”

Recursos  compartidos por el grupo:

-Es solo el principio. Pierre Barougier y Jean-Pierre Pozzi. Francia, 2010.

-Arendt, Hannah. Eichmann en Jerusalén. Debolsillo, 2017.

-Cyrulnik, Boris. Una maravillosa desgracia (solo en francés)

 

El próximo 21 de marzo  el tema será: La Dignidad. Una semana antes se enviarán los textos, pero su lectura no es obligatoria.

En www.Huertosfilosoficos.com (Café Filosóficos) encontrarás las memorias y recursos textuales transcritos  hasta el momento.

 

 

 

 

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