Café, Filosofía y Churros en “Mijas al Día”
Radio Mijas. 107.7.
14 de enero
“¿Por qué deseamos e incluso envidiamos lo que no tenemos?”
Cristina: acabamos de iniciar el año hace un mes y muchos hemos decidido cambiar algunos aspectos de nuestra vida. Por ejemplo: nos hemos propuestos mejorar nuestra dieta porque deseamos estar más sanos, o estar más con nuestras familias… porque deseamos disfrutarla…
“Aprender a desear” es el tema que nos trae hoy María José Coronado, facilitadora en Cafés filosóficos y de filosofía para niños y niñas, familias, mayores… En su web: www.huertosfilosóficos.com podréis conocer su trabajo.
Cristina: ¿por qué quieres hablar sobre “el Deseo y la envidia”?
MJ: porque como sabes, creo que todos los seres humanos tenemos derecho a tener una vida plena y, por ende, hacérsela a los demás, y porque gracias a la filosofía clásica y también a filósofos contemporáneos como Deleuze, un autor francés del siglo XX, podemos ver desde una perspectiva diferente y muy reveladora el Deseo.
Cristina: pero todos sabemos qué es desear y envidiar…
MJ: sí, efectivamente, aunque nos cueste trabajo definir estos dos conceptos…, podemos decir que normalmente, comúnmente, desear es sentir una carencia, una falta de algo, una necesidad de algo.
Y envidiar sería sufrir por eso que no tengo, ya sea en el plano material o no material, porque lo tenga otro.
Cristina: efectivamente, y además solemos desear de forma “constante”, sin parar…, (cosas o incluso vidas distintas…) Es un sin vivir, un sufrimiento… Y entonces, ¿qué podemos hacer para dejar de desear tanto?
MJ: si nos ajustamos las gafas imaginarias de la sabiduría podremos ver que en realidad desear NO es una “carencia”, es un acto de creatividad, según Deleuze.
Cristina: ¿cómo que es un acto de creatividad y no una carencia?
MJ: saber realmente lo que deseo supone una acción creativa personal porque casi todo lo que deseamos ha sido impuesto sutilmente desde fuera…
Cristina, ¿cuántas veces no te has preguntado y yo por qué me compré estos zapatos si no me hacían falta?
Cristina: ¿lo que dices es que lo que deseamos está influenciado o condicionado por el entorno, por nuestro contexto?.
MJ: y sobre todo por quién eres; mujer/hombre, niño o anciano, mijeño o madrileño…
Otro ejemplo: es muy claro en el caso de las mujeres. Antes deseaban casarse y formar familias únicamente, en su mayoría…
Las mujeres de hoy en día ya se atreven a ser más creativas y a inventar sus propios deseos… De hecho, la mayaoría, además de desear tener hijos, también desean realizarse profesionalmente.
Cristina: entonces hay que saber qué deseos son realmente propios y cuáles no tienen nada que ver conmigo…
MJ: por eso Desear, desear de verdad, es algo que realmente no suele pasar… tan a menudo, parece que estamos constantemente deseando pero en realidad no son nuestros propios deseos….
Cristina: ¿y cómo se aprende a desear por uno mismo?
MJ: para saber desear por uno mismo, hay que saber quiénes somos en primer lugar, no quién nos han hecho creer que somos… Y por otro lado hay que ser creativos… para inventar nuestros propios deseos, y también atrevidos para probar cosas que se suponen que no podemos hacer… por nuestro género, edad, profesión, etc…
Cristina: ¿nos puedes poner más ejemplos?
MJ: un ejemplo muy claro es la publicidad. La publicidad crea mundos idílicos para que nos compremos un perfume, una caja de leche o un coche…
Y además, si te fijas bien, no nos venden objetos, nos venden fantasías… Crean una fantasía y nosotros compramos con el objeto esa fantástica escena de ensueño… El desodorante que te transporta a una isla salvaje… Hay miles de desodorantes en el mercado, pero queremos el de la isla salvaje… Esto también es muy interesante para comprender que los deseos se crean mediante imágenes, escenas.
Cristina: ¿qué quieres decir?
MJ: ¡que desear es crear mundos…!, que el objeto es lo de menos…
Cristina: ¿y sobre la envidia, qué podemos decir?
MJ: en primer lugar que posiblemente no sintamos envidia realmente de nadie porque eso que posee la persona envidiada seguramente no fue un deseo auténticamente de esa persona, ni la envidia que siento originada por un deseo propio…
Por otra parte, también se puede decir que si tomásemos plena consciencia de que todos tenemos habilidades, “capacidades únicas…”, nos sentiríamos satisfechos, y no resentidos… por lo que tienen los demás… (Nitzsche).
Cristina: ¿pero imagínate una mujer que trabaja de cocinera y que cree que desearía ser profesora de un colegio?
MJ: podría ser que ninguna de las dos situaciones sean sus auténticos deseos…, o puede ser que tenga que experimentar ponerse a estudiar para darse cuenta que cocinar es una profesión maravillosa…
Cristina: ya para terminar, ¿qué otro consejo puedes aportar?
MJ: repasamos…, primero conocerse a uno mismo, ser valientes para ser uno o una misma, salir de nuestra zona de confort, es decir, dejar de ser perezosos para experimentar, y para terminar inventar o imaginar hermosos deseos… o sueños… propios.